Cronica del 4o encuentro - Primera Clase Teorica

Lunes 6 de Julio. Son las 7 de la tarde en punto y comenzamos la clase rompiendo el hielo con un juego de preguntas y respuestas. El tema central de la clase de hoy es la gestión de residuos orgánicos. Para abordarlo, la cátedra invitó a Sonia Cabrera, quien, además de ser bióloga, conoce el tema en profundidad desde su propia experiencia realizando compost casero y gestionando su emprendimiento “Fábrica Orgánica”. Al comienzo de la charla se plantean tres preguntas básicas: ¿por qué las personas están comenzando a mostrar interés en realizar su propio compost?¿qué es el compost?¿qué necesito para poder hacerlo? Nos enteramos, entonces, que aproximadamente el 50% de los residuos que generamos son basura orgánica (que sobra de la preparación de nuestras comidas). Y que el compost nos permite recuperarla. Y no sólo eso. Sino, además, transformarla en un material valioso, tanto para nuestras plantas y el ambiente, como, potencialmente, para nuestros bolsillos, si estuviesemos interesados en comercializarlo.


El compost casero, es, entonces, la intervención del hombre sobre un proceso biológico del cual participan microorganismos y microfauna. Para poder hacerlo en nuestras casas necesitamos: una barrera física (para contener el proceso y evitar la entrada de animales), una tapa (para contener la humedad interna), un buen drenaje (con bandeja colectora de líquido y suciedad) y un correcto balance entre sequedad (hojas secas, papel, cartón,cenizas) y humedad (residuos orgánicos varios cortados en pequeños trozos).

Una vez comenzado el proceso, tarda alrededor de tres meses en formar el compost, nuestro producto final. Una de las partes que más interesantes de la charla fue cuando Sonia (potencial usuaria de los productos a diseñar) marcó una serie de problemáticas con las que se encontraba al momento de compostar e, incluso, describió algunos productos (inexistentes en el mercado del compostaje) que le gustaría tener. Algunos de estos fueron:
  • Un triturador de residuos: resulta muy molesto cortar todos los residuos orgánicos en pequeños trozos antes de ponerlos en la compostera y sería ideal contar con una máquina que libere al usuario de un proceso tan tedioso.
  • Un producto que sirva para acopio de compost: muchas veces se genera más compost del que se necesita utilizar o se desea poder comercializarlo. Para ello resulta imprescindible tener un espacio donde guardarlo que tenga todas las condiciones necesarias (balance sequedad/humedad,protección, entre otras).
  • Aireadores de compost: las composteras más profundas pueden representar un problema al momento del “volteo” (voltear o remover la compostera para que el aire llegue hacia abajo y se mantenga en cantidad suficiente y uniforme en todo el volúmen de producto) debido a su peso. Contar con algún elemento “aireador” daría mayor confort al usuario.
  • Secador de yerba: la yerba en exceso no es beneficiosa para el compost debido a su alto contenido de nitrógeno. Si se logra secarla, podría cumplir el papel de los materiales secos (hojas secas, cartones).
  • Base movible para interiores: muy práctica, especialmente, en pequeños espacios. Una configuración de éste tipo permite mover la compostera para barrer, limpiar o cambiarla de lugar.
  • Acumulación de residuos previa: ¿debería contemplarse e incorporarse al producto?
  • Tamices: El tamizado es un proceso posterior al conformado del compost y las composteras comerciales no lo contemplan.
  • Materales aislantes: Sobre todo en composteras que incluyen lombrices, el sol directo puede ser muy perjudicial.
Digamos que el compost, no es solamente un espacio donde colocar residuos y esperar a que se descompongan, sino que tiene todo un universo alrededor y muchos puntos interesantes para ver e incorporar en el proyecto (una característica en común con los otros ejes del trabajo).

Obtuvimos, además, algunos datos importantes a tener en cuenta:

  • El proceso de compostaje es realmente rápido. De una semana a otra se recupera mucho volumen dentro de la compostera. Al finalizar el proceso, el volúmen de compost que obtengo es 1/3 de la cantidad de residuos que puse para llenarla.
  • El líquido que se obtiene del drenaje, reducido en 10 partes de agua, es un buen fertilizante para regar nuestras plantas.
  • El clima afecta a la compostera. Los problemas que pueden presentarse al compostar (exceso de humedad, sequedad, altas témperaturas, entre otros) están directamente relacionados con el clima de la zona.
  • En grandes composteras, la modularidad es clave. Dividir grandes volúmenes en módulos agiliza el manejo.
  • El diseño del producto debería contemplar que está sucediendo un proceso “con vida” y que tiene períodos que deben ser respetados. ¿Realmente vale la pena acelerarlos?
  • El producto debe comunicar situaciones que suceden dentro de la compostera. El usuario necesita saber si están todas las condiciones dadas (o si hay contratiempos). ¿Cómo debería, entonces, el diseño, comunicar lo que esté (o no) sucediendo? ¿cómo debería ser su interfaz?¿es imprescindible recurrir a la tecnología? La naturaleza nos habla a través del tacto, el olor, la interacción con el material (mirar,oler,tocar) y el contacto con la naturaleza hace a la experiencia en éste tipo de productos.

Los tres ejes del trabajo implícan proceso naturales. Que ocurran o no nos dice si el producto está funcionando. Con toda esta información, cerramos la clase con una introducción al ejercicio #3. ¿Qué problemas y oportunidades de diseño detectamos como consecuencia de nuestro análisis? ¿dónde debemos focalizar? Con un fin de semana largo por delante, esperamos poder terminar de encontrar las respuestas.

Diseñantes: Agustina Cabello y Victoria López.

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